Playa de Baracoa, abril 7 de 1960
Srta. Lucía González
P. M. P.
Amada Lucía:
Te saludo en nombre de Jesús deseando que estés bien en unión de los demás. Yo gracias a Dios estoy bien.
Pensarás en lo curioso que resulta que estando tú aquí, y yo tan cerca, no vine a verte; y ahora que tú te fuiste vine yo. Todo esto ha sucedido sin que medie mi voluntad. Sucede que Pepe nunca me mandaba a mí a buscar Mensajeros, ni a nada aquí, y pensaba que si venía ahora, aunque fuera con otro pretexto, los demás iban a creer que todo era una excusa. Todavía ayer de tarde, porque no sabíamos si ustedes estaban aquí todavía, no le pareció bien que yo viniera. En cambio después del sacrificio sucedió algo tan inesperado para mí, y creo que para todos por igual, por lo que estamos aquí en La Playa parte de los campañistas. No te digo cuál fue el suceso porque es posible que ya lo sepas, o de lo contrario lo sabrás enseguida. Sólo te digo que oremos y nos mantengamos firmes, que el diablo acecha sin que nos demos cuenta de ello muchas veces.
De Pepe te diré que no estaba bravo contigo. Él es incapaz de eso, lo que sucedía es que estaba pasando por momentos duros de la vida. No pienses mal de él, no murmures, no hables lo que otros repitan. Sólo ora.
Me dices que te has sentido mal por lo que te dije del sueño; no te preocupes, que sólo fue un sueño; yo mismo no me he preocupado por ello; es posible que cuando te lo cuente en el futuro te rías de eso. Ahora es casi seguro que no te puedo ver hasta la conferencia. Lo que no está de nuestra parte no lo podemos hacer. En nuestra parte está glorificar a Dios por todo.
Dale muchos recuerdos a los hermanos de Matanzas y a los miembros. Aunque yo no les escribo, les recuerdo a menudo. En La Habana me mantengo con un promedio de 15 o 20 Mensajeros diarios. Lo que he hecho es cansarme hasta casi no poder más caminar.
Bueno Lucía, no me juzgues por lo poco que me expreso contigo. Son muchas las cosas que pienso, pero que las dejo guardadas en mi corazón para su oportunidad. Sin más ahora, no dudes del amor de tu novio,
Ventura
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